Hoy, en el capítulo 38 hablaremos de la importancia de permanecer con nuestros hermanos de
la fe y cuidarnos en el aspecto sexual. Verás, Judá se separó de sus hermanos e hizo amistad
con una persona que no era de su familia, una persona que no tenía temor de Dios, quien lo
llevó a un mal fin (v.10).
Tener amistades con nuestra misma fe y permanecer unidos los unos a los otros nos ayuda a
caminar en la voluntad de Dios, pues si caemos o estamos a punto de caer, tendremos quien
nos levante y nos ayude a regresar al camino correcto.
El pecado sexual nos afecta principalmente en 3 aspectos (v.14-18):
1. Control de nuestras finanzas (el sello)
2. Seguridad, viviremos en temor de que nuestro pecado salga a la luz (el cordón)
3. Autoridad en nuestra casa (el báculo)
La vida de Judá en este capítulo nos da 3 enseñanzas importantes:
1. No desviarnos del camino, no abandonar a los hermanos de la fe.
2. Guardarnos del pecado sexual.
3. Si hemos pecado, podemos confesarlo delante de Dios y ver su gracia en nuestras vidas.
Amigo, si has caído en pecado sexual, hoy es el día para que te arrepientas y te pongas a
cuentas con Dios. Pide perdón y experimenta su gracia en tu vida.